Museo Cristiano de Nagasaki
- Publicado el : 19/05/2025
- Por : G.L.
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La historia de los cristianos de Nagasaki representa un capítulo fascinante de la historia religiosa japonesa, marcado por la persecución, la resistencia y la fe. Durante más de 250 años, los cristianos japoneses tuvieron que practicar su religión en la sombra, creando una cultura religiosa única para sobrevivir a la persecución del shogunato Tokugawa. En la actualidad, varios museos de Nagasaki y sus alrededores conservan esta excepcional historia, ofreciendo a los visitantes una visión de este intenso periodo de la historia japonesa. Desde objetos sagrados ocultos hasta testimonios conmovedores, estas instituciones culturales cuentan la extraordinaria historia de los "cristianos ocultos" que mantuvieron su fe contra viento y marea.
La historia de los cristianos ocultos de Nagasaki y su patrimonio cultural
La historia de los cristianos en Japón comenzó en el siglo XVI con la llegada de misioneros europeos, especialmente el jesuita Francisco Javier en 1549. Nagasaki se convirtió rápidamente en el centro del cristianismo en Japón, con cerca de 300.000 conversos a principios del siglo XVII. Sin embargo, este periodo de apertura duró poco. En 1614, el shogunato Tokugawa promulgó un edicto que prohibía formalmente el cristianismo en todo Japón, obligando a los fieles a elegir entre la apostasía y la clandestinidad.
Ante esta prohibición, muchos cristianos optaron por practicar su fe en secreto. Estos "cristianos ocultos" (kakure kirishitan) desarrollaron prácticas únicas para ocultar su religión. Crearon objetos de culto disfrazados, como estatuas de la Virgen María parecidas a la diosa budista Kannon. Las oraciones se transmitían oralmente, a menudo modificadas para asemejarse a los cánticos budistas. Estas adaptaciones crearon una forma sincrética de cristianismo, que mezclaba elementos cristianos, budistas y sintoístas.
Uno de los aspectos más llamativos de este periodo fue la práctica del "fumi-e", en la que las autoridades obligaban a los sospechosos a pisotear imágenes religiosas cristianas para demostrar que no lo eran. Los que se negaban solían ser torturados o ejecutados. A pesar de esta dura persecución, las comunidades cristianas de Nagasaki y las regiones circundantes, especialmente en las islas aisladas, consiguieron mantener su fe durante más de dos siglos.
No fue hasta 1873, tras la apertura de Japón a Occidente, cuando se levantó la prohibición del cristianismo. Fue entonces cuando miles de "cristianos ocultos" revelaron su fe, un acontecimiento conocido como el "descubrimiento de los cristianos ocultos" o el "milagro de Oriente". Este resurgimiento llevó a la construcción de iglesias por toda la región, muchas de las cuales son hoy Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.
Museo Cristiano Amakusa: principales colecciones y exposiciones
El Museo Cristiano de Amakusa es una parada imprescindible para conocer la historia de los cristianos ocultos de Japón. Situado en la isla principal de Shimoshima, en el archipiélago de Amakusa, este museo se dedica a la conservación y transmisión de la historia cristiana local, especialmente marcada por la rebelión de Shimabara-Amakusa.
Las colecciones del museo incluyen algunos artefactos excepcionales del periodo clandestino. Entre los objetos más notables están los utilizados durante la Rebelión de Shimabara-Amakusa, un levantamiento de campesinos cristianos en 1637-1638 que fue brutalmente reprimido. Esta revuelta, liderada por el joven Amakusa Shirô, de sólo 17 años, fue un punto de inflexión decisivo en la historia de los cristianos japoneses, ya que condujo a una política aún más estricta de cierre del país.
El museo también exhibe una de las tres grandes banderas religiosas del mundo, un raro tesoro histórico. También hay muchas reliquias cristianas ocultas: medallones, crucifijos en miniatura, imágenes sagradas escondidas en objetos cotidianos y documentos históricos que relatan las persecuciones. Estos objetos ilustran el ingenio de los cristianos ocultos para preservar su fe sin llamar la atención de las autoridades.
Las exposiciones permanentes del Museo Cristiano de Amakusa recorren cronológicamente la historia del cristianismo en la región, desde la llegada de los primeros misioneros hasta nuestros días. Una sección entera está dedicada a la figura de Amakusa Shirô, a veces presentado como un líder carismático, a veces como un mártir, cuya cabeza se exhibió en Nagasaki tras su muerte como advertencia. El museo también cuenta con una reconstrucción de los espacios secretos donde los cristianos se reunían para rezar, lo que permite a los visitantes sumergirse en la atmósfera de aquellos tiempos peligrosos.
Otros museos dedicados a cristianos ocultos en la región de Nagasaki
La región de Nagasaki alberga otros museos importantes que conservan la excepcional historia de los cristianos ocultos. Empezando por el Museo de los Veintiséis Mártires de Nagasaki, que conmemora la ejecución por crucifixión de 26 cristianos en 1597, un acontecimiento que marcó el inicio de la persecución sistemática. Situado en la colina donde tuvieron lugar las ejecuciones, este museo expone objetos personales de los mártires, documentos históricos y obras de arte religiosas.
En el distrito de Urakami, donde se lanzó la bomba atómica en 1945, se encuentra el museo dedicado a la historia y el patrimonio del refugio cristiano. Inaugurado en 2015 para conmemorar el 150 aniversario del descubrimiento de los cristianos ocultos, el museo exhibe medallas e iconos escondidos por familias cristianas durante el periodo de la prohibición. Las colecciones están gestionadas por la Archidiócesis de Nagasaki.
En la isla de Hirado, el museo Shima no Yakata presenta una impresionante colección de vidrieras y otras reliquias del patrimonio cristiano local. Esta isla fue un importante centro cristiano a principios del siglo XVII antes de convertirse en lugar de persecución.
En el archipiélago de Amakusa, además del principal museo cristiano, se encuentran el museo de Santa María y el museo Amakusa Shiro, que detallan respectivamente la influencia cultural occidental en la región y la historia de la rebelión de Shimabara. En Sotome, al noroeste de Nagasaki, el Museo del Patrimonio de los Cristianos Ocultos ilustra cómo esta comunidad consiguió preservar su fe en esta región aislada y montañosa.
Por último, el Centro de Archivos de Sakitsu, ubicado en una posada renovada que data de 1936, recorre la singular historia de este pueblo cristiano de pescadores. Aquí podrá descubrir objetos de culto únicos, como un árbol de abulón utilizado en ceremonias religiosas y transmitido de generación en generación.
Lugares históricos cristianos que visitar en los alrededores de Nagasaki
La región de Nagasaki está salpicada de lugares históricos cristianos que cuentan la conmovedora historia de los cristianos ocultos. En 2018, doce de estos lugares fueron declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO bajo el título "Lugares cristianos ocultos de la región de Nagasaki", reconociendo su excepcional valor cultural.
La Basílica de los Veintiséis Santos Mártires de Japón, también conocida como la Iglesia de Oura, es el edificio católico más antiguo que existe en Japón. Construida en 1864 por misioneros franceses, fue escenario en 1865 del "descubrimiento de los cristianos ocultos", cuando un grupo de japoneses reveló en secreto al padre Petitjean que compartían su fe. Esta, la primera iglesia del país, ha sido designada tesoro nacional japonés.
Los restos del castillo de Hara, en Minamishimabara, son testimonio de la sangrienta rebelión de Shimabara-Amakusa de 1637-1638. Este emplazamiento fue el último bastión de los cristianos que se rebelaron contra el shogunato, y su caída marcó el inicio del periodo de estricto aislamiento de Japón y la intensa persecución de los cristianos.
Las islas Goto, en particular la isla Hisaka, albergan varias aldeas cristianas notablemente bien conservadas. Estas islas aisladas sirvieron de refugio a los cristianos que huían de la persecución en el continente. Destaca la iglesia de Egami, en la isla de Naru, con una arquitectura única que mezcla estilos occidental y japonés.
El pueblo de Sakitsu, en la región de Amakusa, es un ejemplo sorprendente de la coexistencia del cristianismo y las religiones tradicionales japonesas. La iglesia actual se construyó en 1934 en el mismo lugar donde una vez se obligó a los cristianos a renunciar a su fe pisoteando las imágenes sagradas (fumi-e). Su suelo de tatami atestigua la adaptación del cristianismo a la cultura japonesa.
En Sotome, las iglesias de Shitsu y Ono ilustran el renacimiento del cristianismo tras el fin de la prohibición. Construidas después de 1873, conservan su aspecto original y siguen acogiendo a fieles en la actualidad.
La revuelta de Shimabara-Amakusa y su impacto en los cristianos japoneses
La Revuelta de Shimabara-Amakusa fue un capítulo crucial en la historia de los cristianos de Japón. El levantamiento, que comenzó el 17 de diciembre de 1637, fue desencadenado por una combinación de factores religiosos y económicos. Los campesinos de la región, duramente golpeados por el hambre y aplastados bajo el peso de los impuestos impuestos por su señor Matsukura Katsuie, se levantaron contra el shogunato.
Aunque la revuelta no estaba motivada exclusivamente por razones religiosas, pronto adquirió una dimensión cristiana. Amakusa Shirô, un joven de 16 años considerado por algunos como una figura mesiánica, se convirtió en el líder espiritual de los rebeldes. Hijo de un samurái cristiano, galvanizó a los insurgentes, que se refugiaron en el abandonado castillo de Hara.
Ante esta amenaza, el shogunato movilizó una impresionante fuerza de casi 125.000 hombres. Incluso se pidió a los holandeses, los únicos europeos que aún podían comerciar con Japón, que bombardearan el castillo desde sus barcos. A pesar de cuatro meses de feroz resistencia, el castillo cayó finalmente el 15 de abril de 1638. Alrededor de 37.000 rebeldes fueron masacrados, entre ellos mujeres y niños. Amakusa Shirô fue capturado y decapitado, y su cabeza se exhibió en Nagasaki como advertencia.
Las consecuencias de esta revuelta fueron devastadoras para los cristianos japoneses. El shogunato vio en ella la confirmación de que los cristianos eran súbditos desleales, susceptibles de aliarse con potencias extranjeras. La política de persecución se intensificó y Japón entró en un periodo de aislamiento total (sakoku) que duró más de dos siglos. Los portugueses fueron expulsados definitivamente y sólo a los holandeses, confinados en la isla artificial de Dejima, en Nagasaki, se les permitió mantener relaciones comerciales limitadas.
Para los cristianos japoneses, éste fue el comienzo del periodo más difícil. Las comunidades tuvieron que adaptarse para sobrevivir, desarrollando prácticas sincréticas que mezclaban elementos cristianos con tradiciones locales. La figura de Amakusa Shirô se convirtió en un símbolo importante para los cristianos ocultos, aunque la Iglesia Católica nunca le reconoció como mártir, a diferencia de otros cristianos japoneses ejecutados en la misma época.
Información práctica para visitar los museos cristianos de Nagasaki
Para una exploración completa de los museos y lugares cristianos de la región de Nagasaki, se recomienda una planificación cuidadosa, ya que están dispersos en un área bastante extensa. El punto de partida ideal es la propia ciudad de Nagasaki, fácilmente accesible en tren desde las principales ciudades japonesas, como Fukuoka, Osaka o Tokio.
El Museo de los Veintiséis Mártires de Nagasaki abre todos los días de 9:00 a 17:00, con un precio de entrada de 500 yenes para adultos y 400 yenes para niños. Situado en el distrito de Nishizakamachi, es fácilmente accesible en tranvía desde la estación principal.
Para visitar el Museo Cristiano de Amakusa, hay que ir a la isla de Shimoshima. Desde Nagasaki, hay varias opciones: tomar un autobús hasta el puerto de Mogi y luego un ferry hasta Tomioka (travesía de 25 minutos), o tomar el tren hasta Isahaya y luego un autobús hasta el puerto de Kuchi-no-tsu seguido de un ferry hasta el puerto de Oni-ike. El viaje total desde Nagasaki dura unas seis horas. El museo suele abrir de 9 a 17 horas.
A los lugares de la península de Shimabara, incluidas las ruinas del castillo de Hara, se llega mejor en coche. Se recomienda alquilar un coche para explorar con eficacia esta zona de gran riqueza histórica. El Museo del Patrimonio Cristiano de Arima, en Minamishimabara, que presenta la historia del Castillo de Hara, abre de 9 a 18 horas (cierra los jueves) y cobra 300 yenes por adulto.
Para visitar las islas Goto, varios transbordadores salen a diario del puerto de Nagasaki. Dedique al menos un día entero, o incluso una noche, para explorar estas islas aisladas con sus magníficos paisajes y pueblos cristianos vírgenes.
El Centro de Información de la Iglesia de Nagasaki, situado en Dejima-Warf, en el centro de Nagasaki, es un valioso recurso para los viajeros. Abierto de 9.30 a 17.30, ofrece información detallada sobre todos los lugares cristianos de la zona, incluidos mapas, horarios e itinerarios sugeridos.
Para vivir una experiencia más en profundidad, puede reservar una visita guiada especializada o adquirir uno de los pases turísticos regionales, que pueden incluir el acceso a varios lugares y museos.
Los lugares cristianos ocultos, Patrimonio Mundial de la UNESCO
El 30 de junio de 2018 marca una fecha histórica para el patrimonio cristiano de Japón. Ese día, doce sitios de la región de Nagasaki fueron inscritos colectivamente en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO bajo el título "Sitios cristianos ocultos de la región de Nagasaki". Este reconocimiento internacional corona casi 400 años de resistencia religiosa y cultural.
El sitio incluye diez aldeas, los restos del Castillo de Hara y la Basílica de los Veintiséis Santos Mártires (Iglesia de Oura). Estos lugares, repartidos por las prefecturas de Nagasaki y Kumamoto, ilustran tres fases clave de la historia cristiana japonesa: el encuentro inicial con el cristianismo, el periodo de prohibición y persecución, y la revitalización tras el levantamiento de la prohibición en 1873.
Según la UNESCO, estos lugares "son testigos únicos de la particular tradición cultural alimentada por los cristianos ocultos de la región de Nagasaki, que transmitieron secretamente su fe cristiana durante el periodo de prohibición, entre los siglos XVII y XIX". Representan una forma única de sincretismo religioso en el que coexistieron elementos del cristianismo, el budismo y el sintoísmo.
El origen de esta inscripción se remonta a mediados de la década de 2000, cuando un grupo de investigadores en historia y arquitectura se propuso documentar las iglesias de la región. Al constatar la importancia de estos edificios, lanzaron la idea de inscribirlos como Patrimonio de la Humanidad. Tras años de promoción y preparación, el gobierno japonés presentó oficialmente la solicitud en 2016.
Este reconocimiento por parte de la UNESCO ha elevado considerablemente el perfil internacional de estos lugares y ha contribuido a su mejor conservación. Se han establecido medidas integrales de protección para cada componente de los bienes, de conformidad con la Ley japonesa de Protección de Bienes Culturales.
La visita del papa Francisco a Japón en noviembre de 2019, la primera de un pontífice desde Juan Pablo II en 1981, ha realzado aún más la importancia simbólica de estos sitios. Para los descendientes de los cristianos ocultos, algunos de los cuales siguen practicando formas sincréticas de cristianismo, este reconocimiento representa una validación del patrimonio de sus antepasados.
En la actualidad, estos doce lugares constituyen el 22º sitio del Patrimonio Mundial de la UNESCO en Japón, testimonio de la excepcional riqueza cultural del país y de su singular historia religiosa.