Electricidad en Japón
- Publicado el : 07/05/2024
- Por : La rédaction
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La electricidad en Japón tiene características únicas que la diferencian de muchos otros países. Influido por su geografía insular, su historia industrial y profundamente afectado por el accidente nuclear de Fukushima en 2011, el sistema eléctrico de Japón es un caso especial a escala mundial. Con sus redes que funcionan con diferentes frecuencias, su combinación energética en rápida evolución y sus peculiaridades técnicas, entender la electricidad en Japón es esencial para cualquier viajero que visite el país. Veamos las particularidades del sistema eléctrico japonés, sus recientes transformaciones y la información práctica que necesitas para utilizar tus aparatos eléctricos durante tu estancia en el archipiélago.
Características y especificidades del sistema eléctrico japonés
El sistema eléctrico japonés presenta una serie de características técnicas notables que lo diferencian de otros países industrializados. La más sorprendente es sin duda la división de la red en dos zonas con frecuencias diferentes: el este de Japón (incluido Tokio) funciona con una frecuencia de 50 Hz, mientras que el oeste (incluidos Osaka y Kioto) utiliza 60 Hz. Esta situación se remonta a finales del siglo XIX, cuando Tokio compró sus primeros generadores eléctricos a la empresa alemana AEG (50 Hz) en 1895, mientras que Osaka compró sus primeros generadores a la empresa estadounidense General Electric (60 Hz) en 1896.
Esta división de la red eléctrica tuvo importantes consecuencias para la interconexión de las redes nacionales. Las dos zonas están unidas por sólo cuatro estaciones convertidoras, con una capacidad limitada a unos 1,2 GW. Esta limitación técnica fue especialmente problemática durante el terremoto de 2011 y tras el accidente de Fukushima, impidiendo la transferencia eficiente de electricidad entre regiones y provocando apagones debido a la saturación de los convertidores. Hay proyectos en marcha para aumentar esta capacidad de interconexión, sobre todo a través del proyecto de convertidor de frecuencia Higashi-Shimizu, que pretende aumentar la potencia transferible de 1,2 a 3 GW.
Otra especificidad importante es el completo aislamiento de la red eléctrica japonesa del resto del mundo. A diferencia de otros países que pueden recurrir a la importación de electricidad cuando lo necesitan, Japón, como archipiélago, carece de interconexiones con otros países. Esto lo hace aún más vulnerable a la escasez y a las fluctuaciones de la producción, sobre todo desde la drástica reducción de su parque nuclear.
La combinación energética japonesa y su evolución desde Fukushima
El accidente nuclear de Fukushima en marzo de 2011 cambió profundamente el panorama energético de Japón. Antes de la catástrofe, Japón producía alrededor del 30% de su electricidad a partir de 54 reactores nucleares, lo que lo convertía en el tercer productor mundial de energía nuclear. El país planeaba incluso aumentar esta cuota al 50% para reducir su dependencia de los combustibles fósiles importados y sus emisiones de CO2.
Tras el accidente, el gobierno japonés decidió eliminar progresivamente todo su parque nuclear. A partir de mayo de 2012, por primera vez desde 1970, Japón se encontró sin electricidad de origen nuclear. Este enorme vacío energético tuvo que llenarse rápidamente, principalmente mediante la dependencia masiva de las centrales eléctricas de combustibles fósiles.
La generación de electricidad a partir de combustibles fósiles aumentó un 34% entre 2010 y 2012, con un incremento espectacular del uso de fuelóleo (+96,4%) y gas natural (+30,5%). Esta transición forzada a los combustibles fósiles ha tenido varias consecuencias importantes: una explosión de las importaciones de gas natural licuado (GNL), que ha convertido a Japón en el mayor comprador mundial y ha disparado los precios internacionales; un aumento considerable de las emisiones de CO2; y un déficit comercial histórico para este país tradicionalmente exportador.
Al mismo tiempo, esta crisis ha estimulado el desarrollo de las energías renovables. La electricidad generada por energía solar, que era prácticamente insignificante en 2010 (0,3% de la producción), ha crecido a un ritmo fenomenal, alcanzando el 9,9% en 2023. Las energías renovables en su conjunto representan ahora el 25,3% de la producción eléctrica de Japón, frente a sólo el 9,7% en 2010.
Detalles técnicos: tensión, frecuencia y enchufes
Cuando viajes a Japón, hay una serie de características técnicas del sistema eléctrico japonés que merecen tu atención. La primera se refiere al voltaje: la corriente eléctrica en Japón es de 100 voltios, significativamente inferior a los 230 voltios utilizados en Francia y la mayoría de los países europeos. Esta diferencia puede afectar al funcionamiento de sus aparatos eléctricos.
En cuanto a la frecuencia, como ya hemos dicho, Japón está dividido en dos zonas: la oriental (Tokio, Yokohama, Tohoku, Hokkaido) funciona a 50 Hz, como en Europa, mientras que la occidental (Nagoya, Osaka, Kioto, Hiroshima) utiliza 60 Hz, como en Norteamérica. Esta división histórica de la red puede afectar a ciertos aparatos sensibles a la frecuencia, aunque la mayoría de los equipos modernos son compatibles con ambas frecuencias.
En cuanto a las tomas de corriente, Japón utiliza principalmente tomas de tipo A y B. Las de tipo A tienen dos clavijas planas paralelas, similares a las utilizadas en EE UU. Los enchufes de tipo B también tienen una clavija de tierra en forma de U. Estos formatos difieren considerablemente de los enchufes franceses de tipo E, con clavija redonda y toma de tierra.
Si viaja desde Francia o Europa, necesitará un adaptador para enchufar sus aparatos. La mayoría de los aparatos electrónicos modernos (teléfonos inteligentes, tabletas, ordenadores portátiles, cámaras digitales) funcionan en una gama de tensión de 100-240 V y son compatibles con frecuencias de 50/60 Hz, como se indica en su cargador. Para estos aparatos, bastará con un simple adaptador de enchufe, sin necesidad de transformador de tensión.
Infraestructura eléctrica y distribución en Japón
La red eléctrica japonesa tiene una estructura particular heredada de su historia. Históricamente, el sector se organizaba en torno a diez monopolios regionales integrados verticalmente, cada uno responsable de la generación, transmisión, distribución y venta de electricidad en su zona. Esta organización se mantuvo hasta hace poco, con empresas como TEPCO (Tokyo Electric Power Company) para la región de Tokio y Kansai Electric para la región de Osaka.
Desde el accidente de Fukushima, Japón ha emprendido una importante reforma de su mercado eléctrico, que incluye tres etapas principales: la creación en 2015 de una entidad nacional de gestión de la red eléctrica (OCCTO - Organization for Cross-regional Coordination of Transmission Operators), la liberalización completa del mercado minorista en abril de 2016, que permite a los consumidores elegir a su proveedor de electricidad, y, por último, la separación legal de las actividades de generación, transmisión y distribución en 2020.
El objetivo de esta reforma es introducir más competencia en el sector, mejorar la interconexión de las redes regionales y facilitar la integración de las energías renovables. No obstante, las limitaciones físicas de la red, en particular su división en zonas de frecuencias diferentes y su limitada capacidad de interconexión, siguen planteando importantes retos.
Para hacer frente a las variaciones de la demanda y compensar la intermitencia de las energías renovables, Japón recurre en gran medida a las centrales de acumulación por bombeo, que almacenan la energía en forma de agua bombeada a depósitos elevados. Con una capacidad de almacenamiento de unos 27,5 GW, Japón cuenta con el segundo parque de centrales de acumulación por bombeo más grande del mundo, después de China.
Electricidad para viajeros: adaptadores y precauciones
Para los viajeros a Japón, la cuestión de la compatibilidad de los aparatos eléctricos es esencial. Si viene de Francia o Europa, necesitará un adaptador para enchufar sus aparatos a las tomas japonesas. En Japón, los enchufes son de tipo A (dos clavijas planas paralelas) o a veces de tipo B (con una tercera clavija de tierra), a diferencia de los enchufes europeos de tipo E o F con clavijas redondas.
Antes de salir, compruebe siempre el rango de voltaje que soportan sus aparatos, que suele estar indicado en el cargador o en el propio aparato. La mayoría de los aparatos electrónicos modernos (smartphones, tabletas, portátiles, cámaras) funcionan en la gama de 100-240 V y son compatibles con frecuencias de 50/60 Hz. Para estos aparatos, bastará con un simple adaptador de enchufe.
En cambio, para aparatos más específicos que consumen mucha energía, como secadores de pelo, planchas o aparatos de cocina diseñados sólo para 220-240V, un adaptador por sí solo no será suficiente. Necesitará un transformador de tensión para bajar la tensión japonesa de 100 V a 230 V. Tenga en cuenta que algunos aparatos sensibles a la frecuencia también pueden tener problemas, sobre todo en las zonas de Japón que utilizan 60 Hz si sus aparatos están diseñados para 50 Hz.
Puedes comprar adaptadores antes de salir de viaje en tiendas de electrónica, bricolaje o viajes, o pedirlos por Internet. En Japón, encontrarás adaptadores en aeropuertos internacionales como el de Narita, en grandes tiendas de electrónica como Bic Camera y Yodobashi Camera, en distritos especializados como Akihabara, e incluso en tiendas de 100 yenes. Muchos hoteles también ofrecen adaptadores a sus huéspedes previa petición.
El desarrollo de las energías renovables en Japón
Desde el accidente de Fukushima, Japón ha acelerado considerablemente el desarrollo de las energías renovables. Esta transición se ha visto respaldada por la introducción en 2012 de un generoso sistema de tarifas reguladas, especialmente ventajoso para la energía solar. Como resultado, la capacidad instalada de energías renovables ha crecido a un ritmo medio del 29% anual desde 2012.
La energía solar fotovoltaica ha experimentado el crecimiento más espectacular. Japón ocupa ahora el 4º puesto mundial en producción de electricidad solar, con 97 TWh generados en 2023, lo que representa el 9,9% de su producción total de electricidad, frente a solo el 0,3% en 2010. Con más de 87 GW de capacidad instalada, el país ocupa el tercer puesto mundial, por detrás de China y Estados Unidos.
Otras energías renovables también están creciendo, pero más lentamente. La hidroelectricidad sigue siendo la segunda fuente de energía renovable, con un 8,8% de la producción de electricidad en 2023. La biomasa y los residuos renovables aportan el 3,6%, mientras que la energía eólica sigue representando sólo el 1,1% de la producción.
El desarrollo de las energías renovables en Japón se enfrenta a una serie de retos específicos. La falta de espacio disponible en este país densamente poblado limita la instalación de grandes centrales solares o parques eólicos terrestres. Para superar esta limitación, Japón está desarrollando soluciones innovadoras, como centrales solares flotantes en lagos y aerogeneradores flotantes en alta mar.
La separación de la red en dos zonas con frecuencias diferentes y la limitada capacidad de interconexión también complican la integración de las energías renovables a gran escala. Las energías intermitentes como la solar y la eólica requieren redes bien conectadas para equilibrar la oferta y la demanda en amplias zonas geográficas.
Perspectivas futuras del sector eléctrico japonés
Japón ha definido una ambiciosa estrategia energética para las próximas décadas, con el objetivo de alcanzar la neutralidad de carbono en 2050. En su plan energético para 2030, el Gobierno japonés aspira a una combinación eléctrica compuesta por un 20-22% de energía nuclear, un 22-24% de energías renovables y alrededor de un 56% de combustibles fósiles (principalmente gas y carbón).
En cuanto a la energía nuclear, el país ha optado por un enfoque prudente, reiniciando gradualmente sus centrales una vez que se han ajustado a las nuevas y estrictas normas de seguridad establecidas por la Autoridad de Regulación Nuclear (ARN) creada tras Fukushima. De los 33 reactores teóricamente operables, la ANR ha dado luz verde a 17, pero sólo 10 estaban realmente en servicio en 2023, debido principalmente a la resistencia local.
En febrero de 2024, el gobierno ajustó sus objetivos climáticos, y ahora aspira a una reducción del 60% de las emisiones de gases de efecto invernadero para 2035 en comparación con 2013. Para lograrlo, quiere que la energía nuclear produzca el 20% de la electricidad del país en 2040 (frente al 9% actual) y que las energías renovables representen el 40-50% (frente al 22,9% actual).
El hidrógeno también está llamado a desempeñar un papel central en la transición energética de Japón. Japón fue uno de los primeros países en lanzar una estrategia nacional del hidrógeno, declarando en 2017 su intención de convertirse en la primera "sociedad del hidrógeno" del mundo. Los objetivos incluyen 800.000 vehículos de pilas de combustible en las carreteras para 2030, más de 5 millones de pilas de combustible residenciales y el uso de hidrógeno para la generación de energía a gran escala.
Para facilitar estas transiciones, Japón tendrá que superar una serie de retos estructurales, como mejorar las interconexiones entre las distintas regiones del país, desarrollar soluciones de almacenamiento para compensar la intermitencia de las energías renovables y modernizar sus infraestructuras con redes inteligentes. Si está planeando un viaje a Japón, no olvide llevar consigo los adaptadores necesarios, y no olvide comprobar este punto antes de partir para disfrutar al máximo de su estancia sin preocupaciones eléctricas. Una regleta francesa con un solo adaptador puede ser una solución práctica para recargar varios aparatos simultáneamente.