El Monumento a la Paz de los Niños, situado en el corazón del Parque Conmemorativo de la Paz de Hiroshima, es un conmovedor símbolo de paz y esperanza.
Enclavada en el corazón de la prefectura de Hiroshima, Saijo es una pequeña ciudad que se ha forjado una reputación internacional en el arte de la elaboración del sake.
Enclavada en la costa meridional de la prefectura de Yamaguchi, Yanai es una joya oculta que ofrece a los visitantes una cautivadora visión de la rica historia de Japón.
Hiroshima está situada en la costa norte del mar interior de Seto y está rodeada de hermosas islas. La situación perfecta para combinar visitas culturales y aventuras acuáticas
Todos los primeros domingos de junio, Kitahiroshima en la prefectura de Hiroshima celebra el Mibu no Hana Taue, un famoso festival de la siembra de arroz.
A medio camino entre Onomichi y Shikoku, el pueblo Kamijima es un archipiélago de 25 islitas del mar interior de Seto, famoso por sus colinas llenas de cerezos.
Cuando los cerezos están adornados con flores blancas durante la primavera, el parque Hijiyama-Koen, en pleno centro de la ciudad, se transforma en un símbolo de vitalidad y frescura.
¿Cómo afrontar a la falta de humanidad? ¿Cómo aceptar el horror y superar el pasado? La eterna pregunta es ¿por qué? El Museo de la Paz de Hiroshima trata de responderla.
No podemos limitar los cartones animados de occidente a los de Walt Disney. Del mismo modo, la animación japonesa no se limita a las películas de Miyazaki Hayao.
Respirar el legado, la paz, y la celebración del presente. ¿Es esta la regla de oro de Hiroshima? Puede ser. Con seguridad lo es la del Museo de Arte Contemporáneo.
Es de noche, estás caminando por la calle y sientes que necesitas un refugio. De repente una luz roja aparece de la nada y te guía a un camino bajo tierra.
Si la Madre Naturaleza tuviera que hacer una aparición en la cocina de un restaurante, elegiría el No No Budou. Un lugar donde el producto de excelente calidad es el rey.
El agua se desliza entre los peces, los niños corren descalzos sobre hierba, la brisa acaricia los árboles y el cabello de las mujeres. El clima es agradable y sereno.
En Hiroshima, vestir un yukata (kimono de algodón ligero) es parte de una tradición de más de 400 años. Cada año el festival de Tôkasan celebra el regreso del verano y de esta vestimenta.
Del 18 al 20 de noviembre, el "Ebisuko" o Ebisu Matsuri se celebra en honor al dios del comercio, y también a los comerciantes, a los pescadores y a la prosperidad.
Olvídate de los talleres oscuros y olorosos de los antiguos maestros vidrieros. Aquí, la arena fundida se transforma en una escena digna de los más atrevidos parques Disney.
¿Te apetece una tarde de compras con sabor japonés? El Yale Yale A-kan es un excelente ejemplo del gigantismo y exuberancia que caracterizan a los centros comerciales japoneses.
A una parada de la estación de Hiroshima, cada tercer fin de semana de abril las calles se ven invadidas por personajes de dibujos animados japoneses que asisten a un desfile único y popular.
6 de agosto de1945 ... Esta fecha resuena en los oídos de todo el país como un grito desgarrador. Un trauma que requiere un tiempo de desahogo cada año, para recordar y compartir el dolor.
Desde las ostra hasta los okonomiyaki, pasando por un bufé con productos orgánicos, un restaurante de tofu y pastelería gourmet, Hiroshima nunca deja de sorprender el paladar.
En la ladera de la montaña, tres cascadas fluyen en el bosque; una deidad decide vivir aquí. Eso es todo lo que se necesita para que aparezca un templo: el Mitakidera.