El bento: la lonchera japonesa
- Publicado el : 22/03/2025
- Por : C.C./J.R.
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El bento, emblema de la cultura culinaria japonesa, es mucho más que una simple fiambrera. Este concepto, que combina practicidad, estética y equilibrio nutricional, se ha extendido por todo el mundo. A medio camino entre la tradición milenaria y la adaptación moderna, el bento responde a una serie de preocupaciones contemporáneas: llevar una dieta equilibrada fuera de casa, reducir los residuos y añadir un toque artístico a la comida. En este artículo, exploramos los orígenes de esta fiambrera japonesa, sus características, sus beneficios y cómo incorporarla a su rutina diaria.
¿Qué es un almuerzo bento? Definición y características esenciales
En Japón, un bento (弁当) es una comida rápida, que se come fuera de casa, en forma de caja compartimentada. Este tipo de comida es muy popular en Japón, tanto que los japoneses añaden el prefijo "-o" para indicar respeto. El bento sustituye al bocadillo o a la comida rápida, y suele ser el almuerzo de los escolares, pero también de los empleados a la hora de comer.
Cada mañana, muchas madres japonesas se afanan en la cocina, preparando cuidadosamente el almuerzo que sus hijos llevarán al colegio, o sus maridos al trabajo. La elección de la caja es importante, y su tamaño varía según las necesidades nutricionales de cada persona. Así, un niño y una niña de la misma edad tendrán cada uno su bento adaptado. Además de la calidad, la cantidad es uno de los criterios esenciales a la hora de preparar un bento.
El bento ilustra a la perfección la filosofía japonesa del equilibrio, tanto en el sabor como en la presentación. También representa una forma de comunicación no verbal, que expresa atención y afecto por el destinatario. En una sociedad en la que a veces los gestos cuentan más que las palabras, preparar un bento con esmero es una forma de decir "te estoy cuidando".
La historia del bento: de los orígenes ancestrales a la popularidad mundial
Los orígenes del bento se remontan a la era Kamakura (1185-1333), cuando se preparaban comidas sencillas para llevar destinadas a viajeros y guerreros. En aquella época, los japoneses llevaban comidas compactas llamadas "Bento " cuando salían a pescar o a cazar. Estos primeros bentos contenían principalmente arroz blanco, mijo y patatas.
Durante este periodo, las comidas secas, conocidas como hoshi-ii, se hicieron muy populares. Los bentos se llevaban en una pequeña bolsa y contenían arroz cocido y seco. Fue alrededor del periodo Azuchi-Momoyama (1568-1600 ) cuando se empezó a disponer de cajas de madera.
Durante el periodo Edo (1603-1868), se produjeron grandes cambios en la forma de presentar y comer los alimentos, lo que condujo a la popularidad del bento. El bento se hizo más refinado y se asoció a acontecimientos especiales como el hanami (contemplación de los cerezos en flor), el Hina matsuri (festival de muñecas), o en el intermedio de las representaciones teatrales. Los viajeros llevaban su bento envuelto alrededor de la cintura, también conocido como"koshibento".
En la segunda mitad del siglo XIX, el ekiben hizo su aparición en las estaciones de ferrocarril durante el periodo Meiji (1868-1912). Este término, que combina "eki" (estación) y "bento", hace referencia a las comidas que se venden en las estaciones de tren. Más tarde, las latas de aluminio se popularizaron durante el periodo Taisho (1912-1926) y se consideraron artículos de lujo.
Tras un declive durante la Segunda Guerra Mundial y la posguerra, los bentos gozaron de un resurgimiento de popularidad en la década de 1980. Fabricados con materiales modernos como el plástico, podían calentarse en el microondas, lo que amplió considerablemente su uso. Hoy en día, el bento ha conquistado el mundo y se ha adaptado a los gustos y hábitos alimenticios de muchos países, conservando su esencia japonesa.
La composición tradicional de un bento equilibrado
Tradicionalmente, un bento bien equilibrado debe contener un 40% de alimentos ricos en almidón, como el arroz, un 30% de proteínas, pescado o carne, un 20% de verduras y, por último, una ramita de tsukemono, verduras maceradas o fruta de postre. Este desglose garantiza una comida completa y equilibrada que durará todo el día.
El arroz, alimento básico de la cocina japonesa, suele ocupar un lugar destacado en el bento. Puede ser simplemente cocido al vapor, aliñado con vinagre como en el sushi, o en forma de onigiri (bolas de arroz). Estas últimas suelen estar envueltas en una lámina de alga nori y pueden contener un relleno en el centro.
En cuanto a las proteínas, a menudo encontramos pollo teriyaki, salmón a la plancha, rodajas detortilla japonesa tamagoyaki, o incluso tofu para las versiones vegetarianas. Estas proteínas se preparan de forma que sean fáciles de comer con palillos o directamente con los dedos.
Las verduras aportan color y vitaminas al bento. Pueden ser crudas, como zanahorias ralladas o rodajas de pepino, o cocidas, como espinacas aliñadas (gomaae) o setas salteadas. Los tsukemono, verduras fermentadas o encurtidas, añaden una nota picante que estimula el apetito y facilita la digestión.
Por último, unas piezas de fruta de temporada o un dulce completan esta comida bien pensada. En definitiva, una comida apetitosa que los niños estarán encantados de descubrir a la hora de comer. Aunque no siempre les deslumbre el aspecto dietético, les divertirá la originalidad de la composición, porque en Japón, el bento se disfruta mejor con los ojos.
El arte del bento: entre la estética y la creatividad culinaria
Para que la comida sea más divertida, los alimentos no se disponen simplemente al azar en la caja. Las cajas bento más kawaii (bonitas) contienen todo un mundo de personajes de dibujos animados, animales risueños y mensajes de amor y ánimo. Para dar vida a este mundo, los alimentos se esculpen, decoran y cortan cuidadosamente para crear un auténtico retablo culinario.
Los expertos cocineros de bento utilizan varias técnicas. Una de ellas se llama kazari-giri, que significa corte decorativo. Una rodaja de zanahoria se convierte en una bonita flor, y un trozo de rábano en un pez o una estrella. Esta práctica también permite dar vida a los famosos charaben, ¡pequeños personajes que dan vida incluso al más aburrido de los bentos!
Este trabajo se ve a menudo facilitado por el uso de utensilios especialmente diseñados. Los ojos de los charaben de alga nori pueden crearse con un perforador dedicado a este fin, y la instalación se simplifica con el uso de unos alicates casi quirúrgicos. Para dar a los huevos un aspecto gracioso, el uso de un molde es una gran opción. Una vez cocido y pelado, el huevo duro se coloca en el molde y se sumerge en agua fría. Unos instantes después, el huevo se transformará en un coche, un gato o un pollito.
El kyaraben, otra forma artística de bento, es especialmente popular para las comidas de los niños. En este estilo, los alimentos se disponen de forma que parezcan personajes de dibujos animados, animales o dibujos. Las madres japonesas suelen competir entre sí para crear kyaraben que sorprendan y deleiten a sus hijos. Esta forma de expresión culinaria se ha hecho tan popular que ha dado lugar a concursos y exposiciones en Japón.
El arte del bento no es sólo apariencia: también incorpora consideraciones prácticas como el equilibrio de sabores, texturas y temperaturas. Cada plato está diseñado para ser sabroso incluso cuando se come a temperatura ambiente, varias horas después de su preparación.
Los distintos tipos de fiambreras bento y sus características específicas
La caja es también una parte importante de la cultura bento. Se llama bento bakô (caja bento) y suele estar dividida en compartimentos para separar los distintos alimentos. Tradicionalmente es de madera lacada, pero también puede ser de cerámica, resina sintética, plástico o aluminio. Cada material tiene sus ventajas e inconvenientes.
Las cajas de madera lacada son las más tradicionales y elegantes. Conservan la frescura y el sabor de los alimentos al tiempo que añaden un toque estético inigualable. Sin embargo, requieren un cuidado especial y no suelen ser aptas para el microondas o el lavavajillas.
Las latas de plástico son las más populares hoy en día porque son ligeras, asequibles y fáciles de limpiar. Suelen ser aptas para microondas y lavavajillas. Sin embargo, es importante elegir plásticos sin BPA para evitar riesgos para la salud.
Las latas de aluminio o acero inoxidable son duraderas y excelentes para mantener la temperatura de los alimentos. Son perfectos para comidas calientes, pero no pueden utilizarse en el microondas.
Las cajas bento pueden tener uno, dos o incluso tres niveles entrelazados. Las cajas bento caseras suelen ir envueltas en un furoshiki, un trozo de tela que facilita su transporte y las mantiene calientes.
También hay tipos específicos de bento, según su uso u origen. El ekiben (eki por estación; ben por bento), que se vende en estaciones y trenes, está especialmente diseñado para viajar. El shokado bento, presentado en una caja cuadrada dividida en cuatro compartimentos, se inspira en la ceremonia del té y suele encontrarse en restaurantes de categoría.
Preparar su propio bento: consejos prácticos e ideas de recetas
Preparar tu propio bento puede parecer desalentador al principio, pero con unos cuantos consejos prácticos, se convierte en una actividad creativa y gratificante. Empieza por hacerte con una caja de bento que se adapte a tus necesidades, teniendo en cuenta tu apetito y estilo de vida.
Para un bento equilibrado, sigue la regla de las proporciones tradicionales: 40% de almidón, 30% de proteínas, 20% de verduras y 10% de fruta o postre. Esta composición garantiza una comida nutritiva y satisfactoria.
Al preparar el bento, lo primero que hay que tener en cuenta es la seguridad alimentaria. Todos los alimentos deben estar bien cocinados y enfriados antes de introducirlos en la caja para evitar la proliferación bacteriana. Algunos ingredientes, como el arroz avinagrado, las verduras encurtidas o los alimentos que contienen vinagre o limón, se conservan mejor a temperatura ambiente.
Para ahorrar tiempo por la mañana, prepare ciertos alimentos el día anterior. Por ejemplo, puedes cocer arroz, marinar proteínas o preparar verduras con antelación. Por la mañana, todo lo que tienes que hacer es montar tu bento.
Para empezar fácilmente, prueba los onigiri (albóndigas de arroz) con salmón o umeboshi (ciruela salada), verduras salteadas y rollitos de huevo. Las sobras de la cena de la noche anterior también pueden añadirse al bento para no desperdiciar comida.
Para variar, no dudes en inspirarte en otras cocinas: falafels con hummus y verduras a la plancha para un bento mediterráneo, o wraps, tabulé y verduras crudas para una versión más occidental. Lo importante es mantener el equilibrio nutricional sin dejar de disfrutar.
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Los beneficios del bento: económicos, ecológicos y nutricionales
Adoptar el bento como solución de comida diaria tiene muchas ventajas económicas. Al preparar tu propio almuerzo, ahorras considerablemente en comparación con las comidas compradas en restaurantes o cafeterías. Según algunos estudios, ¡podrías ahorrar hasta 3.000 euros al año llevando tu propio almuerzo al trabajo!
En términos ecológicos, el bento es una alternativa sostenible a los envases desechables. Utilizando una caja reutilizable, puedes reducir significativamente la cantidad de residuos que produces cada día. Además, la preparación bento fomenta el uso de las sobras, lo que ayuda a combatir el desperdicio de alimentos.
Los beneficios nutricionales son igualmente importantes. El formato compartimentado del bento te anima naturalmente a diversificar tus alimentos y crear comidas equilibradas. Las porciones suelen estar bien controladas, lo que ayuda a mantener un peso saludable. Al preparar tu propio bento, también tienes un control total sobre los ingredientes utilizados, evitando los aditivos y conservantes que a menudo se encuentran en las comidas preparadas industrialmente.
Los bentos también ofrecen una experiencia alimentaria más consciente. Su cuidada presentación invita a tomarse el tiempo necesario para apreciar cada bocado y reconocer el valor de la comida. Este enfoque más consciente de la alimentación puede contribuir a una mayor satisfacción después de la comida y a una relación más sana con los alimentos.
Para quienes viajan, sobre todo a Japón, descubrir las especialidades locales a través de los bentos regionales es una experiencia cultural enriquecedora. La próxima vez que esté en Kioto, busque los mejores productos en el mercado de Nishiki con nuestro Travel Angel y luego prepare sus propios bentos con ingredientes auténticos.
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Por último, pero no por ello menos importante, el bento puede convertirse en un maravilloso vehículo para compartir y transmitir la cultura. Preparar bentos en familia es una forma divertida de iniciar a los niños en una dieta sana y variada. También es una oportunidad para darles a conocer sabores de otras partes del mundo y concienciarlos sobre las cuestiones ecológicas que rodean a la alimentación.
Para llevarte un poco de la cultura bento a casa, echa un vistazo a nuestra guía de 10 regalos para traer de Japón, donde puede que encuentres la caja bento perfecta para comenzar tu aventura culinaria.