El natto 納豆

Viscoso, de color amarillento, con un potente olor...esta soja fermentada tienen todo para que quienes no crecieron comiéndola la rechacen. Pero es necesario que sepas que su sabor es mucho más suave de lo que su olor sugiere', a diferencia de algunos quesos franceses.

El natto se prepara siguiendo una antigua tradición que consiste en cocinar los granos de soja amarilla y dejarlos fermentar usando la bacteria bacillus subtilis. Tradicionalmente se almacena en una bolsa de paja de arroz.

El natto se originó hace siglos en la ciudad de Mito (prefectura de Ibaraki). Hasta existe una casa dedicada al natto donde se explica en detalle el proceso de su fabricación.

Natto para el desayuno

A quienes estamos acostumbrados a desayunar con algo dulce pudiera parecernos sorprendente, pero en Japón es normal desayunarse con natto.

Los japoneses rara vez se comen el natto en su forma original. Ellos lo baten con los palillos hasta darle una textura espumosa y lo aliñan con algo de salsa de soja y karashi (mostaza japonesa). Luego esto se mezcla con arroz blanco bien caliente. Los más atrevidos pueden añadirle yamaimo o tororoimo (variedades de patata), o incluso daikon (rábano japonés), el cual cuando se ralla forma una pasta blanca pegajosa y amarga. Este se acompaña con una taza de té verde o café.

Estudios nutricionales han demostrado que el natto tiene beneficios para los huesos y el corazón. Es bajo en colesterol y calorías y rico en proteínas y calcio. Esto puede ayudar a explicar la larga vida de los japoneses.