Ōura Nagasaki: Basílica de los 26 Mártires de Japón, testigo de la historia cristiana en Japón.
- Publicado el : 03/04/2025
- Por : G.L.
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Fachada de la iglesia de Oura en Nagasaki
jpellgen
A los pies del Glover Garden de Nagasaki, un elegante campanario verde agua se eleva hacia el cielo: es la Iglesia de Oura (大浦天主堂, Ōura Tenshudō), también conocida como Basílica de los Veintiséis Mártires de Japón. Considerada la iglesia más antigua de Japón, esta obra de los misioneros franceses es un testimonio único de la agitada historia del cristianismo en el archipiélago nipón. Terminada en 1864, simboliza la reapertura de Japón al mundo tras el periodo de aislamiento sakoku y el retorno de la libertad religiosa. Convertida en concatedral de la archidiócesis de Nagasaki y elevada al rango de Basílica Menor en 2016, está catalogada como Tesoro Nacional de Japón y Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, como parte de los "Lugares cristianos ocultos de la región de Nagasaki".
Historia y construcción de la iglesia de Oura: la más antigua de Japón
La historia de la iglesia de Oura comienza en 1863, cuando dos sacerdotes franceses de las Misiones Extranjeras de París, los padres Louis Furet y Bernard Petitjean, llegaron a Nagasaki. Llegaron en un momento crucial de la historia de Japón: el país se abría poco a poco al mundo tras más de dos siglos de aislamiento voluntario (sakoku) y el cristianismo empezaba a ser tolerado de nuevo.
Estos misioneros tenían la ambición de reavivar la llama cristiana en Japón y decidieron construir una iglesia en honor de los 26 mártires de Japón, los nueve sacerdotes europeos y los diecisiete cristianos japoneses crucificados en 1597 por orden de Toyotomi Hideyoshi. La construcción del edificio se encargó a Koyama Hidenoshin, maestro carpintero de Glover Garden, y se terminó en 1864. La iglesia fue inaugurada oficialmente el 15 de febrero de 1865 por el cónsul francés Léon Dury.
Originalmente, Oura era una pequeña iglesia de madera de tres naves y tres torres octogonales, mucho más modesta que la que iba a sustituirla. El edificio actual, de alrededor de 1879, es una basílica de estilo gótico mucho más imponente. Esta versión se construyó en ladrillo blanco estucado, con cinco naves, techos abovedados y una característica torre octogonal. Su diseño se inspiró probablemente en un plano belga utilizado por los misioneros católicos para una iglesia construida anteriormente en Osaka. El encanto de esta iglesia reside en su armoniosa mezcla de arquitectura occidental y sensibilidad japonesa, que le confiere una identidad única.
La Basílica de los Veintiséis Mártires de Japón: arquitectura y características
La iglesia de Oura se alza majestuosa al pie de la colina Yamate, dominando el puerto de Nagasaki. Su arquitectura neogótica occidental destaca en el paisaje urbano japonés. Con su fachada de estuco blanco y su característico campanario octogonal, es un notable ejemplo de arquitectura occidental en Japón.
La estructura actual es mayor que la original, con cinco naves y techos abovedados típicos del estilo gótico. En el interior, magníficas vidrieras importadas de Francia filtran la luz, creando una atmósfera meditativa propicia para la oración. Estas coloridas vidrieras representan escenas religiosas y contribuyen a la belleza del edificio.
Una característica especialmente interesante de algunas de las iglesias cristianas de la región, aunque menos en Oura, que sigue más el modelo occidental, es la fusión de elementos arquitectónicos occidentales y japoneses. Por ejemplo, la iglesia de Sakitsu, también declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, tiene el suelo cubierto de esteras de tatami, símbolo del encuentro de las culturas japonesa y occidental.
La basílica también alberga una estatua de mármol blanco de la Virgen María, importada de Francia para conmemorar el descubrimiento de los cristianos ocultos. Un relieve de bronce en el patio de la iglesia representa esta escena histórica. El conjunto arquitectónico es testimonio de la influencia occidental en Japón durante la era Meiji, al tiempo que conserva su propia identidad.

Interior de la iglesia de Oura
Tim Franklin Fotografía
El descubrimiento de los cristianos ocultos: un "milagro de Oriente
El 17 de marzo de 1865, pocas semanas después de la finalización de la iglesia, se produjo un acontecimiento extraordinario, descrito más tarde por el Papa Pío IX como el "milagro de Oriente". Aquel día, el padre Petitjean vio frente a la iglesia a un grupo de unos quince japoneses. Mientras se arrodillaba ante el altar, una anciana del grupo se le acercó y pronunció estas históricas palabras: "Sentimos en nuestros corazones lo mismo que ustedes. ¿Dónde está la estatua de la Virgen María?"
Esta mujer y sus acompañantes procedían de la cercana aldea de Urakami. Para asombro del misionero, resultaron ser kakure kirishitan (cristianos ocultos), descendientes de los primeros cristianos japoneses que habían mantenido su fe en la clandestinidad durante casi 250 años, desde la persecución y prohibición del cristianismo por el shogunato Tokugawa en 1614.
Para asegurarse de que hablaban con un auténtico sacerdote católico, estos cristianos ocultos le hicieron tres preguntas cruciales según la tradición transmitida por sus antepasados: "¿Es usted soltero?", "¿Vive su jefe en Roma?" y "¿Venera usted a la Virgen María?" El padre Petitjean respondió afirmativamente a cada una de estas preguntas, confirmando que era efectivamente un sacerdote católico romano.
Poco después de este histórico encuentro, miles de cristianos ocultos empezaron a salir de las sombras, revelando la existencia de comunidades enteras que habían preservado su fe cristiana a través de siglos de prohibición. La noticia llegó a oídos del Papa Pío IX, que quedó maravillado por este extraordinario descubrimiento y lo calificó de "milagro de Oriente" en un mensaje especial dirigido al padre Petitjean el 8 de enero de 1867.
Reconocimiento del patrimonio: de tesoro nacional a Patrimonio Mundial de la UNESCO
El excepcional valor histórico y arquitectónico de la iglesia de Oura le ha valido numerosos reconocimientos oficiales a lo largo de los años. En 1933, se convirtió en el primer edificio de estilo occidental clasificado como Tesoro Nacional de Japón, prestigiosa distinción que fue reconfirmada el 31 de marzo de 1953 en virtud de la Ley de Protección de Bienes Culturales de 1951. Este reconocimiento atestigua la importancia que Japón concede a este monumento, símbolo de su apertura al mundo occidental y de su historia cristiana.
Durante muchos años, la Iglesia de Oura siguió siendo el único edificio de estilo occidental que gozaba de la categoría de Tesoro Nacional de Japón, hasta 2009, cuando el palacio neobarroco de Akasaka también fue incluido en la lista. Esta distinción única subraya el lugar especial que ocupa la Iglesia de Oura en el patrimonio arquitectónico y cultural de Japón.
En 2018, el reconocimiento de la Iglesia de Oura dio un paso más con su inscripción en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO como parte de los "Sitios cristianos ocultos de la región de Nagasaki". Este grupo comprende 12 sitios diferentes, entre iglesias, aldeas y los restos del castillo de Hara, que en conjunto dan testimonio de la historia única de los cristianos ocultos en Japón.
Más recientemente, en 2016, el papa Francisco elevó la iglesia de Oura al rango de basílica menor, reforzando aún más su posición dentro de la Iglesia católica mundial. Se convirtió así en la primera basílica menor de Japón, un honor que reconoce su importancia histórica para el catolicismo en el archipiélago nipón.
Información práctica para visitar la iglesia de Oura
He aquí algunas informaciones prácticas para los visitantes que deseen descubrir esta joya arquitectónica e histórica:
Dirección: La iglesia de Oura se encuentra al pie del jardín Glover, en el distrito Minami-Yamate de Nagasaki. Está a sólo 5 minutos a pie del templo Kôshibyô y del puerto de Nagasaki.
Contacto: Para más información, llame a la iglesia al +81 (0) 95-823-2628.
Horario: La iglesia abre todos los días de 8.00 a 18.00 horas.
Entrada: 300 yenes (unos 3 euros) para adultos. Esta tarifa también incluye el acceso al Museo Cristiano adyacente, que presenta exposiciones sobre la historia del cristianismo en Japón.
Acceso: Para llegar a la iglesia, tome el tranvía hasta la parada de Oura Tenshudô Shita o Ishibashi. La iglesia también está a poca distancia de varias atracciones turísticas de Nagasaki.
Durante su visita, recuerde que la iglesia es ante todo un lugar de culto y contemplación. Se recomienda llevar ropa adecuada que cubra especialmente los hombros. En general, se permite hacer fotografías en el interior, pero tenga cuidado de no molestar a los fieles durante la oración.
Cristianismo en Nagasaki: persecución y renacimiento
La historia del cristianismo en Nagasaki es inseparable de la de sus mártires. Comenzó a mediados del siglo XVI, cuando los misioneros portugueses dirigidos por Francisco Javier desembarcaron en la isla de Kyushu para evangelizar lo que consideraban un "nuevo mundo". El éxito no se hizo esperar: de Kagoshima a Fukuoka, varios daimyo (señores feudales) se convirtieron, seguidos de los habitantes de sus feudos, y se fundaron numerosos seminarios e iglesias.
Pero en 1587, Toyotomi Hideyoshi ordenó la expulsión de los misioneros, al percibir la creciente influencia de jesuitas y franciscanos como una amenaza para su poder. Luego, en 1597, mandó crucificar a 26 cristianos en Nagasaki (9 misioneros europeos y 17 cristianos japoneses), que se convirtieron en los "26 mártires de Japón" celebrados por la Iglesia de Oura.
La situación empeoró en 1614, cuando el shogunato Tokugawa proclamó la prohibición total del cristianismo en el archipiélago. Esto marcó el comienzo de una feroz represión contra quienes se negaban a retractarse de su fe. Se obligó a los cristianos a pisotear imágenes sagradas (una práctica conocida como fumi-e) para demostrar que habían renunciado al cristianismo. Los que se negaban eran torturados o ejecutados, a menudo mediante crucifixión pública.
La rebelión de Shimabara de 1637-1638, en la que la población predominantemente cristiana de Kyushu se levantó contra el shogunato, marcó un punto de inflexión. La sublevación fue brutalmente aplastada, matando a más de 37.000 personas. Tras este suceso, se intensificó la persecución de los cristianos y Japón se cerró completamente a los extranjeros (el periodo Sakoku).
Para sobrevivir, el cristianismo japonés evolucionó hacia formas sincréticas, el kakure kirishitan, con influencias del budismo, el taoísmo y el sintoísmo. Estos cristianos ocultos transmitían su fe de generación en generación, a veces utilizando objetos religiosos disfrazados, como una estatua de la Virgen María que se asemejaba a la diosa budista Kannon.
No fue hasta la Restauración Meiji y la readmisión oficial del cristianismo en 1873 cuando estos cristianos ocultos pudieron finalmente practicar su fe a plena luz del día. En este periodo se construyeron numerosas iglesias en la región de Nagasaki, testimonio del renacimiento del cristianismo en Japón tras siglos de clandestinidad. Para saber más sobre esta fascinante historia, puede consultar Historia de Japón: cronología simplificada.
Otros lugares cristianos por descubrir en la región de Nagasaki
La región de Nagasaki está repleta de lugares relacionados con la historia del cristianismo en Japón. He aquí algunos de los más destacados, que, junto con la iglesia de Oura, conforman los "Lugares cristianos ocultos de la región de Nagasaki", declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO:
Catedral de Urakami: Situada no lejos del hipocentro de la bomba atómica del 9 de agosto de 1945, esta imponente catedral de ladrillo rojo fue destruida casi por completo durante el bombardeo y luego reconstruida. Simboliza tanto la historia de la persecución religiosa como la tragedia atómica que asoló Nagasaki.
El pueblo de Sakitsu: Este pintoresco pueblo pesquero de Amakusa alberga una iglesia católica construida en 1934 en el mismo lugar donde antaño se obligaba a los cristianos a pisotear las imágenes sagradas (fumi-e). Su suelo cubierto de tatami es testigo de la fusión de las culturas japonesa y occidental.
Los restos del castillo de Hara: Situado en Minami-Shimabara, este castillo fue escenario de la última batalla de la rebelión de Shimabara-Amakusa (1637-1638), durante la cual fueron masacrados miles de cristianos. Hoy, las ruinas del castillo ofrecen una impresionante panorámica de la bahía.
Las islas Goto: Este archipiélago aislado sirvió de refugio a muchos cristianos ocultos durante el periodo de persecución. Aquí hay varias iglesias notables, como Nokubi en la isla de Nozaki y Gorin en la isla de Hisaka, una de las iglesias de madera más antiguas del país.
Museo de los Veintiséis Mártires: Situado cerca del lugar del martirio de los 26 cristianos en 1597, este museo expone objetos y documentos relacionados con la historia del cristianismo en Japón. También se ha erigido aquí un monumento conmemorativo.
Para una inmersión más profunda en esta fascinante historia, la película Silencio (2017), de Martin Scorsese, ofrece una conmovedora descripción de los cristianos ocultos de Japón en el siglo XVII, basada en la novela homónima de Shūsaku Endō.
Juntos, estos diferentes lugares forman un testimonio único de la perseverancia de la fe cristiana frente a la persecución, así como del encuentro entre las culturas occidental y japonesa. Cuentan una historia de resistencia, adaptación y, en última instancia, renacimiento religioso que constituye un capítulo importante, pero a menudo pasado por alto, de la historia japonesa.
Dirección - Horario - Acceso
Dirección
Phone
+81 (0) 95-823-2628Horario
Todos los días de 8.00 a 18.00 horasPrecio
300 yenes (adultos), unos 3 eurosAcceso
En tranvía: parada Oura Tenshudô Shita o Ishibashi
A pie: a 5 minutos del templo Kôshibyô y del puerto de Nagasaki