Descubra Kumamoto
- Publicado el : 22/04/2020
- Por : G.L. / J.R.
- Youtube
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Visita Kumamoto, la ciudad más poblada del sur
Situada en el corazón de la isla de Kyushu, al sur de Japón, Kumamoto es una prefectura polifacética que atraerá a los viajeros en busca de autenticidad. Ricamente dotada de atractivos naturales, culturales y gastronómicos, esta región ofrece una visión única del Japón rural a pesar de los terremotos de 2016 que la azotaron con dureza. Los amplios espacios verdes, las renombradas fuentes termales y el patrimonio histórico son la esencia misma de este destino, que ha permanecido intocado por el turismo de masas. Para explorar a fondo los tesoros de Kumamoto, es muy recomendable alquilar un coche, aunque se puede utilizar el tren para llegar a las principales ciudades.
Kumamoto y sus tesoros culturales
Capital de la prefectura del mismo nombre, Kumamoto está enclavada entre el mar interior de Ariake y el macizo volcánico de Aso. Con una población de más de 700.000 habitantes, se desarrolló en la Edad Media durante las guerras de clanes y disfrutó de un periodo de prosperidad durante el periodo Edo (1603-1868). Aunque suele considerarse una ciudad de paso, Kumamoto bien merece una visita para descubrir sus tesoros culturales.
La joya de la corona de la ciudad es sin duda el castillo de Kumamoto-jô, considerado uno de los más bellos de Japón. Gravemente dañado en los terremotos de 2016, desde entonces se encuentra en reconstrucción. A pesar de su cierre parcial, un sendero al aire libre permite a los visitantes admirar su majestuosa silueta. La reapertura total del castillo no está prevista hasta 2036, pero la torre del homenaje debería ser accesible a partir de 2019. Muy cerca se encuentra el reconstruido barrio histórico de Sakuranobaba, donde se pueden degustar especialidades locales en encantadores puestos.
El jardín Suizen-ji Joju-en es otro tesoro de visita obligada. Este jardín tradicional japonés es único porque representa el Tokaido, la antigua carretera que unía Edo (Tokio) con Kioto. Cuenta con una réplica en miniatura del monte Fuji y el lago Biwa, creando un paisaje de perfecta armonía.
Para los amantes de la historia y la literatura, Kumamoto ha sido cuna de numerosas figuras ilustres. El samurái Musashi Miyamoto (1584-1645), autor del famoso Tratado de las Cinco Ruedas, vivió aquí y se puede visitar la cueva de Reigando donde se dice que escribió su obra. La ciudad también fue hogar de los novelistas Natsume Sôseki y Lafcadio Hearn, cuyas casas están abiertas al público.
Monte Aso: descubra el mayor volcán activo de Japón
El monte Aso es la atracción estrella de la prefectura de Kumamoto. Es el mayor volcán activo de Japón, se eleva hasta los 1.592 metros y es en realidad un complejo volcánico formado por unos quince conos volcánicos. Su caldera, formada por antiguas erupciones, es una de las mayores del mundo, con 25 km de norte a sur y 17 km de este a oeste.
Los picos principales -Naka-dake, Taka-dake, Neko-dake, Kijima-dake y Eboshi-dake- ofrecen un terreno ideal para los excursionistas deseosos de contemplar el impresionante paisaje. El más activo, Naka-dake, con su cráter de 600 metros de diámetro y 160 metros de profundidad, alberga un fascinante lago azul de ácido. Sin embargo, el acceso al cráter puede estar prohibido temporalmente debido a las emisiones de gases sulfurosos.
La vasta llanura de Kusasenri-ga-hama, situada en la caldera, presenta un impresionante espectáculo visual con sus extensiones de hierba donde pastan caballos y vacas. Actividades como equitación, parapente, ciclismo e incluso vuelos en helicóptero permiten descubrir este paisaje volcánico desde distintos ángulos. Para completar la visita, el museo del volcán de Aso ofrece información detallada sobre su formación y actividad.
La región de Aso también es famosa por sus numerosas fuentes termales enclavadas en valles salvajes. Balnearios como Uchinomaki Onsen ofrecen un descanso relajante tras explorar el volcán. Al este del macizo, en las prefecturas vecinas de Miyazaki y Oita, el pueblo de Takachiho es la cuna de antiguas tradiciones como la danza kagura, y alberga el místico santuario Kamishikimi Kumano Imasu, cuya atmósfera recuerda a las películas de Studio Ghibli.
Kurokawa Onsen y Takefue: la experiencia termal japonesa definitiva
Entre los numerosos pueblos balnearios de Japón, Kurokawa destaca por su autenticidad y encanto virgen. Enclavado en un entorno natural excepcional, este pueblo cuenta con una treintena de establecimientos que ofrecen onsen (aguas termales) de primera calidad. Los ryokans (posadas tradicionales) que bordean el sinuoso río que atraviesa el pueblo ofrecen pintorescas vistas del agua y la vegetación circundante.
El ambiente típicamente japonés que reina en las callejuelas de Kurokawa Onsen transporta a los visitantes fuera del tiempo. Para facilitar la exploración de los distintos baños, un pase de 1.300 yenes (unos 10 euros) da acceso a tres onsen a elegir. Este paquete es ideal para quienes deseen disfrutar de las aguas termales durante un día sin tener que alojarse necesariamente en un ryokan.
Cerca de Kurokawa está Takefue, considerado por muchos la cima de la experiencia onsen en Japón. Este excepcional ryokan en el corazón de un bosque de bambú ofrece un servicio inigualable: bebidas y sake ilimitados, regalos personalizados para cada huésped, comidas gourmet y baños privados alimentados por manantiales naturales. Aunque el precio es elevado (entre 40.000 y 80.000 yenes la noche), la experiencia única en este entorno de ensueño justifica la inversión para los amantes del auténtico lujo.
Otros establecimientos como Tarutama también ofrecen experiencias memorables en entornos naturales vírgenes. El agua de manantial de esta región, a menudo rica en minerales como el ácido metasilícico, es famosa por sus propiedades curativas y relajantes. La temperatura y la composición del agua varían de un establecimiento a otro, lo que permite descubrir distintas sensaciones al bañarse.
Explorar la naturaleza virgen: el valle de Kikuchi y sus alrededores
El valle de Kikuchi, a poca distancia de la ciudad de Kumamoto, ofrece un entorno natural excepcional ideal para excursionistas y amantes de la naturaleza. Este valle de 4 kilómetros de longitud está atravesado por el río subterráneo Aso Gairinzan, también conocido como manantial de Kikuchi y reconocido como una de las 100 mejores aguas de Japón. Con una temperatura de sólo 13°C en verano, este manantial es un lugar ideal para refrescarse en la estación calurosa.
Las rutas de senderismo que atraviesan el valle permiten explorar su rica biodiversidad. Se pueden observar más de 50 especies de aves silvestres, sobre todo en la "Place de la Forêt" o "Place des Oiseaux Sauvages", lo que la convierte en un lugar muy apreciado por los observadores de aves. El llamativo contraste entre el claro arroyo que corre sobre grandes rocas y los árboles de hoja ancha crea un paisaje de una belleza hechizante.
No muy lejos, la ciudad de Kikuchi es famosa por sus onsen cosméticos y sus magníficas cascadas. Entre las más espectaculares están las cascadas de Yonjusanman, Tengu y Kakemaku. En invierno, estas cascadas pueden congelarse, proporcionando un fascinante espectáculo natural. La región también alberga varias fuentes termales cuyas aguas son famosas por sus propiedades embellecedoras, lo que les ha valido el sobrenombre de "onsen de maquillaje" u "onsen cosmético".
Más al sur de la prefectura, la ciudad de Hitoyoshi, una antigua ciudad fortificada, y la campiña de Asagiri ofrecen una visión auténtica de la vida rural japonesa. Las ruinas del castillo de Hitoyoshi, el santuario Aoi Aso-jinja y la destilería de shochu Sengetsu Shuzo son testigos del rico pasado de la región. En Asagiri, podrá incluso disfrutar de la experiencia única de alojarse con granjeros japoneses en casas tradicionales centenarias, participando en las tareas cotidianas de la granja, como la recolección de verduras.
Las islas Amakusa: entre la espiritualidad y el avistamiento de delfines
Situadas al oeste de la prefectura de Kumamoto, las islas Amakusa forman un archipiélago compuesto por dos grandes islas (Ueshima y Shimoshima) y decenas de islotes. Este territorio aislado ofrece un llamativo contraste con el resto de la prefectura y es un destino por derecho propio para los viajeros en busca de autenticidad y belleza natural.
La historia de Amakusa está estrechamente ligada al cristianismo. Debido a su proximidad a Nagasaki, primer punto de entrada de misioneros extranjeros en Japón, Amakusa se convirtió en uno de los principales centros cristianos del país en una época en que esta religión estaba prohibida. La región fue escenario de la Rebelión de Shimabara (1637-1638), un levantamiento de campesinos cristianos liderado por Amakusa Shiro, un muchacho de 16 años que se convirtió en héroe. A pesar de la derrota de los rebeldes y la persecución que siguió, muchos cristianos permanecieron en Amakusa, convirtiéndola en una de las regiones más cristianas de Japón.
Hoy en día, los visitantes pueden descubrir esta fascinante historia a través de una serie de lugares notables. El templo Myotokuji, construido en 1645 en un intento de convertir a los cristianos al budismo, está lleno de símbolos cristianos ocultos, testimonio de la resistencia de los creyentes. La catedral de Oe, construida en 1933 en estilo románico, y la iglesia de Sakitsu, edificada en 1934 con arquitectura gótica pero un interior parcialmente cubierto de tatami, son ejemplos perfectos de esta singular mezcla de culturas. Este último edificio ha sido propuesto para su inclusión en la lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO.
Aparte de su patrimonio espiritual, Amakusa es hoy más conocida por sus actividades marítimas y los delfines salvajes que habitan sus aguas. Numerosas compañías ofrecen cruceros para observar a estos mamíferos marinos, con una tasa de éxito cercana al 98%. El archipiélago también ofrece magníficas playas, fuentes termales y una gran variedad de actividades acuáticas como pesca, submarinismo y snorkel. La isla de Goshoura, apodada "Isla de los Dinosaurios", está repleta de museos y yacimientos de fósiles, mientras que las islas de Tsukinoshima y Hogashima ofrecen excursiones en barco con fondo de cristal.
Sabores de Kumamoto: especialidades culinarias imperdibles
La cocina de Kumamoto refleja la riqueza de su suelo y la diversidad de sus influencias. Gracias a su clima templado y a sus fértiles llanuras, la prefectura produce una gran variedad de productos agrícolas de renombre que forman parte integrante de su escena culinaria. Entre sus especialidades más emblemáticas está el Karashi Renkon, un plato único difícil de encontrar en otros lugares de Japón. Consiste en una raíz de loto hervida, rellena de una mezcla de mostaza japonesa picante y miso, y luego frita en un ligero rebozado. Este plato, que se remonta al siglo XVI, ofrece un delicioso contraste entre el crujiente exterior y el tierno y picante relleno.
Los aficionados al ramen no querrán perderse el Kumamoto Ramen, reconocible por su caldo tonkotsu (elaborado con huesos de cerdo), más espeso que en otros lugares, y coronado con ajo asado y rallado. Los fideos, más gruesos que en un ramen clásico, combinan a la perfección con este caldo sabroso y ligeramente dulce. Otra especialidad china adaptada localmente es el Taipiien, una sopa de fideos originaria de la ciudad china de Fuzhou, pero que en Japón sólo se encuentra en Kumamoto.
La prefectura también es famosa por su carne de caballo, de la que Kumamoto es el principal productor del país. El basashi, sashimi de caballo, es especialmente apreciado. Esta carne, apodada "carne de cereza" en Japón, es apreciada por sus cualidades nutritivas: rica en vitaminas y minerales, pero baja en calorías y colesterol. Se puede consumir de diversas formas: cruda, en nabé, en sushi o a la parrilla. Para los amantes de la ternera, el Aka Ushi (buey rojo) criado en los amplios espacios abiertos de Aso ofrece una carne magra pero sabrosa, a menudo servida en curry o donburi.
Y no faltan los dulces, como el Ikinari Dango, un pastel tradicional de boniato y judías rojas envuelto en harina cocida al vapor o masa de arroz glutinoso. Su nombre, que significa "inesperado", hace referencia a la sorpresa de descubrir la batata en su interior. En cuanto a bebidas, el Kuma Shochu, una bebida espirituosa local a base de boniato, es el complemento perfecto para una comida tradicional. Frutas como los tomates, las sandías y los melones de Kumamoto gozan también de una excelente reputación, a menudo asociada a Kumamon, la famosa mascota negra de mejillas rojas que simboliza la prefectura.
Consejos prácticos para organizar su estancia en Kumamoto
Para aprovechar al máximo su estancia en Kumamoto, conviene seguir algunos consejos prácticos. La mejor época para visitar esta región es la primavera (de marzo a mayo) y el otoño (de septiembre a noviembre), cuando las temperaturas son agradables y las precipitaciones moderadas. El otoño es especialmente recomendable, con temperaturas medias entre 11°C y 24°C, escasas precipitaciones y paisajes de colores cálidos. La primavera ofrece el espectáculo de los cerezos en flor, sobre todo en el Parque del Castillo de Kumamoto.
En cuanto al transporte, visite Kumamoto y sus alrededores alquilando un coche Esta opción es muy recomendable, ya que el transporte público no facilita el acceso a los distintos puntos de interés de la prefectura. Para alquilar un coche, lo único que hay que hacer es traducir el carné de conducir francés, un trámite que cuesta unos 2.000 yenes (15 euros) y dura una hora. Si prefiere el transporte público, a la estación de Kumamoto llega el Shinkansen (tren de alta velocidad) desde Fukuoka (trayecto de 40 minutos, incluido en el JR Pass). Los vuelos nacionales también conectan Kumamoto con Osaka (1h10) y Tokio (1h45).
Para desplazarse por el centro de Kumamoto, el tranvía es un medio práctico y económico. Hay una tarifa fija de 180 yenes por trayecto, y un abono diario de 500 yenes que permite viajes ilimitados. El autobús turístico Shiromegurin, que recorre el castillo y los lugares turísticos de los alrededores, es también una opción interesante, con un abono diario de 500 yenes.
En cuanto al alojamiento, Kumamoto ofrece una amplia gama de opciones, desde modernos hoteles a tradicionales ryokans. Para vivir una experiencia auténtica, es muy recomendable alojarse en uno de los ryokans de Kurokawa Onsen. Si prefiere alojarse en la ciudad, hay varios establecimientos de calidad cerca de la estación de ferrocarril o del castillo. Para los más aventureros, las casas de familia en zonas rurales como Asagiri ofrecen una inmersión total en la cultura local.
Por último, tenga en cuenta que algunos lugares, como el monte Aso, pueden estar cerrados temporalmente debido a la actividad volcánica. Por ello, es aconsejable comprobar las condiciones de acceso antes de planificar la visita. A pesar de los terremotos de 2016, Kumamoto es ahora perfectamente segura para los turistas, con transporte funcional y tiendas bien abastecidas.
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